domingo, 25 de noviembre de 2007

LA VIDA ENTRE VITRINAS

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Las cada vez más ignoradas galerías comerciales de la capital se levantan como recuerdos que van quedando de un pasado no tan lejano en una ciudad algo amnésica. Los primos pobres del Portal Lyon. El Caracol Ñuñoa Centro, lugar que pasa desapercibido con facilidad, es uno de ellos.

Por Javier Bertossi Urzúa

“La galería es un territorio de apariencias. Los que vienen a comprar pueden creer que somos solamente gente que vende cosas, que cuando cerramos el negocio desaparecemos. Pero nosotros sabemos que somos mucho más que negocios, que detrás de nuestros mostradores tenemos alguna que otra historia que, aunque no sea gran cosa, vale la pena contar”.

Con esta frase comienza El abrazo partido, película argentina del año 2004. Quien la pronuncia es el protagonista, Ariel, un joven cuya vida transcurre entre los locales de una galería comercial. En Santiago, a 1.590 kilómetros del Buenos Aires de la cinta, también se pueden encontrar todavía estos lugares impregnados de una atmósfera tranquila y también de cierta monotonía.


Son las cinco de la tarde de un día de semana. El pavimento de Irarrázaval arde bajo el constante tráfico y el inclemente sol de esta hora. Entrar al Caracol Ñuñoa Centro, ubicado en la esquina con Pedro de Valdivia, es como atravesar un portal hacia otra dimensión. O casi. Gracias a un eficiente sistema de ventilación o a esas casualidades de la vida, afortunadamente adentro no se respira el mismo aire pesado del exterior, y el tan santiaguino ruido de los autos y las micros que transitan por la avenida queda parcialmente neutralizado por la música ambiental estilo big band que sale de algún parlante estratégicamente ubicado. Es un día como todos.

El habitual apuro con que se mueve la gente por la calle también parece haberse esfumado dentro de los dos caracoles que componen la galería. Un puñado de posibles compradores camina por los pasillos, mirando las vitrinas sin entusiasmo, como sabiendo de antemano que no encontrarán en ellas nada interesante. Liquidadoras de juguetes usados, tiendas de chucherías Made in China, libros autoeditados, ropa económica y hasta un par de modestas corredoras de propiedades, entre otras, una al lado de la otra esperan con paciencia oriental la llegada de alguien y de su dinero. Los vendedores matan el tiempo y el aburrimiento de las formas más diversas: hay quienes conversan, otros hablan por teléfono, algunos juegan PlayStation, e incluso no falta el que duerme muy plácido una siesta.

Para no pocos es un misterio el cómo aún logran sobrevivir estas tiendas, considerando la relativamente baja afluencia de público a las galerías en general y sobre todo luego del surgimiento y consolidación de los malls a partir de la década pasada. La respuesta podría ser más fácil de encontrar de lo que parece: se trata de establecimientos comerciales que cuentan con una clientela estable compuesta por caras conocidas –las múltiples peluquerías existentes en la galería, el mejor ejemplo- y de negocios especializados que trabajan con artículos bastante específicos, como es el caso de la tienda de los scouts o de los dos locales que venden equipamiento para hockey en patines.

Aunque aún queda casi un mes y medio para Navidad, la galería ya cuenta con la tradicional decoración de estas fechas: ramas de pino plásticas y lazos rojos dispuestos en las barandas. Una versión de Nel blu dipinto di blu, clásica canción italiana de los años cincuenta, interpretada por una orquesta de jazz resuena en toda la galería, como la banda sonora de una película de incierto final. La tarde soporífera. El sudor pegado al cuerpo. Una joven se aburre tras un mostrador. Una vendedora entra y sale de la tienda vecina riéndose a carcajadas. Un atribulado padre llama por teléfono para saber qué era lo que le habían encargado: ¿pantalón de buzo o buzo completo?

La vida, aunque parezca estar en pausa, continúa.

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->PELÍCULARECOMENDADA
El abrazo partido. Argentina/España/Francia/Italia, 2004. Director: Daniel Burman. Con Daniel Hendler, Adriana Aizenberg y Jorge D’Elia.

->LUGARRECOMENDADO
Caracol Ñuñoa Centro. Av. Pedro de Valdivia 3462, esquina Av. Irarrázaval. Ñuñoa.

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