sábado, 24 de noviembre de 2007

Entrevista a Augusto Góngora: EL LIBRE MERCADO DE LAS IDEAS

Hoy es el encargado del contenido cultural que transmite TVN. Hace dos décadas dirigió uno de los clandestinos programas de televisión que atacaban a la dictadura. Antes fue un brillante estudiante de Periodismo que ya dictaba la cátedra de Cine, mientras cursaba tercer año. Si el lector busca una biografía de Augusto Góngora, se equivocó de texto.

Por Nicolás Rojas Inostroza

Entrar a TVN es casi una epopeya (sin Guerra del Pacífico). Los controles son rigurosos, “la factoría de mejor TV” no es tan de todos como parece. Una de sus uniformes oficinas es habitada a diario por Augusto Góngora, periodista y encargado del área cultural del canal estatal, quien no se definiría ni como pokemon ni como pelolise: “Ni lo uno ni lo otro. No soporto las categorizaciones porque generalizan mucho y borran los rasgos individuales, no me iría por ninguno. Prefiero que se me vaya descubriendo en el camino”, cuenta tras lanzar la primera carcajada. “Toda la mañana he querido fumarme un cigarrro”, dice. Tras satisfacer su necesidad matutina, entra por un atajo a su lugar de trabajo. Es un hombre de estatura media, con profundos ojos azules. Habla lento, pero seguro de cada palabra, sentado estáticamente en su silla azul. La oficina es amplia, pero carece de elementos identitarios (léase “foto del regalón” por ejemplo). Sobre su moderno escritorio de maderas claras hay una pantalla de computador, una revista que trae en portada la entrevista a Cristina Fernández de Kirchner, tres vasos llenos de agua mineral, dos tazas con café, un azucarero, un cuaderno abierto con un lápiz Bic negro sin tapa, papeles arrumbados, carpetas, y un lejano VHS. Al parecer el orden no es su fuerte.

Augusto Góngora dirigió, junto a Fernando Paulsen, el clandestino programa Teleanálisis entre 1984 y 1989. Este espacio se repartía a aproximadamente 350 organizaciones sociales, a modo de suscripción. Eran las “imágenes del país invisible” en un contexto adverso a la libertad de expresión. Al tocar el tema Góngora dice seriamente: “era un material que quería cumplir un bien social y político de lucha contra la dictadura, y nosotros invitábamos a la gente para que lo pirateara. Porque además ese material no estaba hecho para hacer negocios, no estaba hecho para producir utilidades, estaba hecho para que lo viera la mayor cantidad de gente posible. Y, por lo tanto, nosotros pedíamos que lo piratearan. Y lo pirateaban (ríe). Y que lo pirateen ahora también me parece bien”.

El teléfono suena un par de veces. “Ojalá no suene tanto”, dice cálidamente. Volviendo al silencio, la pregunta ¿de qué se hablaría en un Teleanálisis versión 2007? se hace presente: “Tendría que estar mucho en regiones, porque son invisibles miradas desde acá, un programa que debería estar mucho en los sectores populares que sólo aparecen en los medios cuando hubo un crimen, cuando hay un allanamiento buscando narcos. Tendría que estar cerca de los jóvenes, que no están representados hoy en la industria mediática”.

Reconoce que hay una brecha gigantesca entre ricos y pobres. Sobre el rol de la cultura en este contexto cree que: “cumple un rol súper importante, porque la gente que no tiene acceso a la cultura de alguna manera está siendo discriminada. Lo pongo al mismo nivel que discriminada en relación a la salud, a la vivienda, a la educación. La cultura es como parte integral de la vida de las personas y, por lo tanto, cuando no hay acceso yo creo que hay niveles de discriminación”.

- ¿Qué te pasa con la piratería?, ¿es perversa o es la democratización de los bienes culturales?

(Piensa) Es compleja. Yo partiría diciendo que me parece mal la piratería. Ahora, uno podría decir “es que los libros son tan caros que como que se legitima el libro cuneta”. Puedo entender eso, porque efectivamente los libros son muy caros, algo similar se puede decir con los dvd´s, etcétera. Pero yo creo que no es buena la piratería desde el punto de vista de que viola los derechos de propiedad intelectual, que están establecidos en la ley, que son derechos como otros y yo encuentro que las leyes hay que cumplirlas y sino, hay que cambiarlas. Pero violarlas así no me parece.

Sobre eliminar impuesto al libro (19%) dice que: “Alguna vez yo le planteé el tema a “Urrutia” (se refiere a su pareja Paulina Urrutia, ministra de Cultura), y me dijo ese no es un tema de política cultural, es un tema de política económica. Tendrías que ir a convencer a Velasco”. Es un tema que para él va más allá, no sirven de mucho los libros más baratos si las personas no se motivan por leer desde pequeñas: "Lo importante no es si leyó o no leyó El Quijote, lo importante es ayudarlo a encantarse con la lectura y, si esa persona, ese estudiante, se encanta con la lectura, seguramente algún día va a llegar al Quijote, cuando esté más preparado, cuando esté más maduro, cuando tenga más carrete".


LA TV

“Yo no le tengo ni un asco al rating. A mí me encanta el rating; de lo que sí nos preocupamos mucho es de las armas con que se consigue, si es con vulgaridad, con chabacanería, no me gusta. El punto es cómo lo logras”. La clave del éxito en la encarnizada batalla por las audiencias, parece estar en el punto entre ir escuchando y proponiendo. Sobre el modelo de televisión pública, volvemos al término medio: “Creo que es bueno que uno tenga que dar la competencia en el mercado. Debería haber un sistema mixto. Si el Estado chileno quiere privilegiar ciertos contenidos que ponga las lucas. Los fondos públicos concursables son menos del 1% de la recaudación publicitaria anual. Nada”.

Sobre la televisión digital, dice que la norma es un tema accesorio. Lo importante es centrar la discusión en el tipo de medios y de actores sociales que puedan entrar a la pantalla chica. “Hay mucha gente que le rinde pleitesía al libre mercado, y está bien. Pero no sólo podemos mostrar las mercancías, los productos, tiene que existir un libre mercado de las ideas en los medios”.

“Este país está lleno de vampiros, de noctámbulos, de insomnes, de gente que no se puede quedar dormida, yo no me quejo del horario”, declara satisfecho el conductor de Hora 25, programa cultural que parte nuevamente en enero.

FUERA DE LA OFICINA

Durante la conversación pareciera ser Roberto Carlos. Menciona muchos amigos de diferentes latitudes que se maravillan con los resultados de audiencia que obtuvo La Recta Provincia de Raúl Ruiz (10 puntos en promedio) y con el verde de Santiago: “Santiago tiene una increíble cantidad de verde”, “yo creo que relaja o sea si los árboles fueran rojos estaríamos todos muertos, paranoicos”, dice el periodista que ha sido detenido sólo una vez en un su vida, mientras tocaba la bocina de su auto (Y - va – a – ca - er) en la primera gran protesta anti dictadura. “El señor Góngora ha sido detenido por utilizar el dispositivo sonoro del vehículo con fines subversivos”, decía el singular parte.

- Si tuvieses que deshacerte de todos tus discos, y sólo quedarte con tres. ¿Cuáles serían los elegidos?

- Conservaría El amor después del amor de Fito Páez; conservaría un disco precioso que me regalaron que es de Dulce Pontes, una cantante portuguesa de fado que es un canto particularmente portugués con música de películas de Ennio Morricone. Es imperdible. Ese lo tengo ahí. Y el otro que tengo, que lo escucho bien seguido, es de la película (piensa un par de segundos y vuelve acelerando el ritmo) Azul de la trilogía Rojo, Azul y Blanco. Es de un músico polaco, súper enredado el nombre, no me acuerdo (La memoria cebrina ayuda a nuestro entrevistado: Zbigniew Preisner, Bleu). Una película que está protagonizada por la Juliette Binoche: el marido es músico, se ha muerto, y ella a través de las partituras, sobre todo de las recientemente escritas por ese músico, trata de entender quién era ese hombre; en el último tiempo como que se habían perdido y se habían convertido en unos desconocidos. Entonces ella, revisando partituras, tratando de comprender qué emociones tenía en el alma este hombre un poco antes de morirse. El argumento es precioso y la música es increíble.

Góngora en un improvisado discurso, dice que si mañana despertara convertido en presidente de Chile, sus primeras acciones irían hacia los “Jóvenes, jóvenes, jóvenes… los pescan sólo para las elecciones, hay una generación súper huacha”. Pero es claro, nunca se presentará a cargos políticos “Admiro la política bien hecha, pero es cada vez más escasa”, argumenta serio.

- Si no fueses periodista, ¿a qué dedicarías tu vida?

Sería músico o centro delantero de Colo-Colo, no tengo ninguna duda. Si la reencarnación existe voy a ser músico o centro delantero de Colo-Colo, no quiero otra cosa (ríe).

En un par de décadas no se imagina haciendo cine, ni sentado en el Senado. Le gustaría escribir un guión: “Me interesa cómo está contada una historia, cuál es el motor narrativo, cuál es el tejido invisible. Si yo fuera capaz de escribir un guión bueno, con eso estaría ya como top”.

- Alejandro Jodorowsky te señaló en una entrevista para cine video “…Y está el Jodorowsky de 120 que me dice “triunfaste, ahora hiciste que se acabara la polución. Todo el mundo tiene jardines, todo el mundo hace poemas y es poeta, lograste hacer lo que querías…hiciste que el arte fuera curar a la gente”. ¿Qué te gustaría que te dijera el Góngora de 80 años?

Él llegó en el total de la entrevista a los 400 años. Empezó a subirse por el chorro wooow, wooow, wooow (agita las manos). Creo que partió en los 80 y llegó a los 400. Y yo me quedé quieto, yo decía “no quiero interrumpirlo”, era el momento en el que un periodista se tiene que quedar callado. Porque ahí algo está ocurriendo, haces una pregunta y la cagai (…) ¿Qué me gustaría? que difícil (piensa 15 segundos)… “Haz lo mismo, ¡haz lo mismo!”. Porque uno es una mezcla de un montón de cosas que a uno le nace ser. O sea ni cagando le diría (tono irónicamente erudito) “anda todos los días a la biblioteca, lee más, ve más cine, por que es la principal manera para cagar a alguien, ¿cachai?”. Y yo soy bastante como a ratos disperso, como que tengo hartos intereses diversos, me gusta el cine, me gusta la playa, me gusta el teatro, me gusta estar en un bar hasta tarde conversando, me gusta no hacer nada, me gusta dormir, me gusta el fútbol. Entonces uno es una mezcla de tantas cosas que es tan importante dormir como leerse un súper buen libro. Y uno es la mezcla de todas esas cosas que naturalmente tiene el deseo de hacer. Entonces yo le diría “haz lo mismo, cumple con tus deseos, que nadie te encasille, que nadie te diga que tenís que hacer”. Quizás diría: “se menos racional y juega más con la intuición. Juega más”. De repente tiendo a ser un poquitito irracional. Entonces quizás lo único que me diría es ya po huevón juega un poco más. Juega un poco más (silencio). ¡Tóquela!, ¡tóquela!, ¡no la levante! (ríe a carcajadas).





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INVERNAL SUSURRO URBANO
{por Augusto Góngora}


Una vez ahí bajando por el puente del Arzobispo, había una señora súper pobre que andaba con un perro, era invierno. Tengo la sensación de que la señora andaba pero con una tristeza infinita, andaba deprimida, estaba mal. (Baja el volumen de la voz, susurrando) Hacía frío, lloviznaba, y ella estaba como con una bolsa, que obviamente le debe haber pesado mucho, y con un bastón. Yo dije “está esperando que le den la luz verde al peatón para atravesar”, y le daba la luz y no atravesaba. Yo estaba en un taco, entonces la empecé a ver desde atrás y ella no atravesaba. Pero andaba con un perro, el típico perro vago, quiltro. El perro atravesaba. Pero llegaba al otro lado, miraba, y cachaba que la señora no había atravesado y… la iba a buscar. Me llamó la atención, obviamente andaban los dos juntos, el perro era de la señora. Primero me causó un desgarro tremendo ver esta señora que, de repente se había ido y estaba metida quizás en qué pena, en qué dolor, en qué problema, que se le había olvidado que tenía que atravesar. Y me llamó la atención el perro que era súper buena onda. Porque volvíaa, volvíaa, volvíaaa, y esa escena a mi me dejó, me quedó metido adentro algún dolor tremendo de esa señora, algún desgarro, pero que tenía al perro (sonríe). El perro como entusiasta, siempre como para ir y para volver, como diciendo “¿ah?, ¿en qué estamos?, ¿sigamos adelante?” (ríe). Si el perro hubiera podido hablar le habría dicho “ya, vamos, vamos (mueve los brazos con energía), ya vamos a superar esta coyuntura tremenda”. Eso no lo olvidaré nunca. Impresionante.

3 comentarios:

KitTy dijo...

Oh!! Nico qué envidia! yo quería entrevistarlo a él, pero por mi medio como que no tenía dónde ponerlo. Me cae demasiado bien, a lo mejor un día le pido pega, alo mejor yo también le caigo bien!

Jajaja.

Saludos, está muy bueno el medio, lo estoy revisando, felicitaciones :)

Pablo! dijo...

Pulenta entrevista!

Yo también le pediría pega, pero tú vas un paso más adelante.

Te aserrucharé el piso..jajaja.

Feliz de agregar UN comentario a vuestro blog, me despido

Megu ♥ めぐみ dijo...

Hoy entrevistaré a Góngora...
Espero poder compartir el material ;)